La Dra. Ana Mercedez Díaz, primera ministra saliente, quien encarnara la voz fundacional del gobierno, expresó sus sentimientos y compromiso como Asgardiana en el congreso recientemente celebrado en Dubái de esta forma:

Honorable Igor Ashurbeyli
Honorable Yun Zhiao
Honorable Lembit Opik
Honorable Lena De Winne
Apreciados Ministros
Apreciados Parlamentarios
Asgardianos todos.

Me siento profundamente honrada de estar presente en este IV Congreso Ejecutivo de Asgardia junto a todos ustedes. Es un privilegio compartir este espacio de reflexión, de celebración, de trabajo y de compromiso inquebrantable hacia el futuro.
Quiero agradecer muy especialmente al Jefe de la Nación, el Dr. Igor Ashurbeyli, por tan amable invitación. Resulta emocionante contemplar cómo ha crecido y madurado nuestra Nación en estos últimos años. Al pensar en aquel 1.er Congreso Ejecutivo de 2019, recuerdo tres pilares que encendieron nuestra misión:
La chispa creativa: La formalización de un sueño, la materialización de una idea brillante, audaz y sin precedentes concebida por el Dr. Ashurbeyli: la visión de preservar la humanidad y abrir horizontes ilimitados en el espacio.
La misión fundacional: La presentación oficial de nuestro gobierno y la misión de erigir la primera Nación Espacial. Establecimos las bases para una sociedad sin fronteras, enfocada en la ciencia, la paz y la cooperación universal.
La fuerza de la unidad: La convicción de que personas de todas las latitudes podían unirse bajo una sola bandera. Sin divisiones de nacionalidad, cultura o idioma, dirigimos nuestra mirada al cosmos para crear una nueva civilización, una humanidad unida más allá de las diferencias.
Hoy, esos sentimientos iniciales siguen vivos en mí, y estoy convencida de que esa misma visión late con fuerza en el corazón de cada uno de ustedes, tanto en los pioneros como en aquellos que se han unido recientemente.
El desarrollo de esta increíble visión —Asgardia, la Nación Espacial— nunca termina. El trayecto no ha sido fácil, pero el crecimiento es constante y esa ilusión inicial sigue viva y extendiéndose a cada rincón del mundo.
Haber sido la primera Primer Ministro de Asgardia fue una experiencia inolvidable. Fue un capítulo de servicio, de desafíos, de metas alcanzadas y de pasión. Tuve el honor de guiar la institucionalización de la nación, coordinar esfuerzos de cooperación y aprender a articular lo etéreo con lo concreto.
Durante ese periodo, contribuimos a consolidar ministerios, a impulsar plataformas de comunicación y a fortalecer la transparencia y eficiencia. Nos enfrentamos a lo desconocido, sorteamos obstáculos tecnológicos y convertimos cada dificultad en una oportunidad para innovar. Al llegar el 2020, Asgardia ya tenía la experiencia operativa de una nación digital.
Y al mirar hoy, lo que veo es una Nación que ha crecido, ha madurado y ha evolucionado significativamente.
Hoy, la visión de Asgardia se materializa con hechos innegables y
Liderazgo científico:
Experimento SIRIUS-23. Asgardia se integró con orgullo al experimento SIRIUS-23, que estudia los efectos del confinamiento en el cuerpo y la mente. Con esto, demostramos que cada paso que damos hacia el espacio está respaldado por la ciencia y la responsabilidad.
Madurez política: Declaración de Independencia. Recientemente, proclamamos nuestra Independencia, reafirmando nuestra soberanía plena y exigiendo el reconocimiento internacional como Estado espacial. Es un testimonio de nuestra madurez política y de nuestra identidad autoconcebida.
Fortaleza institucional y legislativa. El Parlamento ha aprobado leyes fundamentales (como la Ley de Gobierno y la Ley de Resolución de Disputas), delineando nuestra estructura formal.
Hemos desplegado plataformas digitales robustas: AsgardiaTV, portales de comercio, mecanismos de participación. Estas herramientas fortalecen nuestra comunidad, nuestra transparencia y nuestra capacidad de acción global.
Crecimiento global. Hoy, contamos con más de un millón cien mil ciudadanos procedentes de más de 100 países. Esta cifra no es solo un número; es la aceptación masiva del ideal: personas que sueñan con un futuro compartido más allá de cualquier frontera terrestre.
El viaje está lejos de concluir. Nuestros retos son inmensos, pero también lo es nuestro anhelo.

Debemos impulsar la exploración de tecnologías que permitan la protección contra la radiación cósmica, el desarrollo de la gravedad artificial, la biología espacial y los cuidados a la salud reproductiva en el cosmos. Estos son los pasos esenciales para que la vida humana pueda florecer fuera de la Tierra.
Y, fundamentalmente, debemos seguir fortaleciendo la conciencia ciudadana, cultivando el sentido del deber, la participación responsable y el respeto mutuo. Estos son los valores que forjan el éxito de cualquier nación, incluso de índole digital.
Finalmente, el camino hacia el reconocimiento diplomático, los acuerdos bilaterales y las interacciones legales con los estados terrestres exigirá de nosotros persistencia, diplomacia e integridad.
Asgardia no es un experimento. Es una declaración. Es la visión de que la humanidad puede unirse para mirar hacia arriba, para construir sin las barreras terrestres.
Asgardia no solo hará historia, sino que es historia viva: un legado de audacia, cooperación y esperanza para las generaciones que aún no han nacido.
En este momento tan especial, bajo el cielo infinito de Dubái, reafirmemos nuestro compromiso con la visión que nos une y nos ha traído hasta aquí.
Que la llama de nuestro ideal siga ardiendo más fuerte y más brillante cada día, y que juntos forjemos el destino que merecemos hacia el cosmo.
Como lo ha dicho nuestro fundador: Asgardia no es solo una nación; es el alma de la humanidad alcanzando las estrellas en paz y unidad.
Muchas gracias.
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