Este artículo se publicó por primera vez en mayo de 2021 y se actualizó en junio de 2022.
Muchas actividades han surgido en los últimos tiempos como parte de una evolución hacia la órbita organizada y sustentable y este es un buen ejemplo de lo que sucede con algunas variantes tecnologías que pueden poner su granito de arena para resolver el problema de la basura espacial, lo digo de esta forma que es una tarea titánica que debe tener en cuenta una serie de variantes riesgosas y en cada implemento tecnológico se colocan millones de euros o dólares para lograr el objetivo.
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- La NASA está rastreando más de 26.000 piezas de desechos orbitales, o «basura espacial», que están poniendo en peligro a los astronautas y las misiones espaciales.
- La basura espacial puede viajar a 40.000 kilómetros por hora y puede destruir las comunicaciones por satélite.
- Una nueva misión espacial tiene como objetivo capturar y retirar desechos espaciales de la órbita.
En noviembre de 2021, la tripulación de la Estación Espacial Internacional se vio obligada a refugiarse a bordo para evitar ser golpeada por piezas de un satélite roto que orbitaba la Tierra.
Apenas ocho meses antes, el 22 de marzo, una nave parecida a una lavadora con alas fue catapultada al cielo desde Kazajstán en un cohete Soyuz, en lo que sus inventores describieron como «el comienzo de la primera misión comercial del mundo para probar las tecnologías básicas necesarias para el acoplamiento y la eliminación de desechos espaciales».
Durante el año pasado, la misión ELSA-d (acrónimo de End-of-Life Services by Astroscale-demonstration) ha estado probando un método pionero para capturar y retirar de forma segura los desechos espaciales de la órbita mediante la recuperación magnética, como parte de los esfuerzos de varias empresas y gobiernos para llevar a cabo un ejercicio de recolección de basura celestial a gran escala.
La NASA está rastreando oficialmente más de 26.000 piezas de desechos orbitales, o «basura espacial», que están poniendo en peligro a los astronautas y las misiones espaciales.
En junio de 2022, el gobierno del Reino Unido puso en marcha un Plan para la Sostenibilidad Espacial que incluía un fondo de 6 millones de dólares para la retirada activa de desechos (ADR).
Se estima que el mercado global de servicios y fabricación en órbita (IOSM), que incluye ADR y servicios al final de la vida útil (EOL), tendrá un valor de 4.400 millones de dólares para 2030, según un informe de sostenibilidad encargado para la Agencia Espacial del Reino Unido, del que es coautora la empresa japonesa Astroscale, creadora de ELSA-d.
Limpiando el desguace espacial
ELSA-d consta de dos satélites apilados juntos. La primera parte es una nave de servicio diseñada para retirar de forma segura los desechos de la órbita. Está acoplado a un satélite «cliente» más pequeño que replica una pieza de basura espacial durante los vuelos de prueba, lo que permite a la nave de servicio atraparla eficazmente en el espacio.
Desde que ELSA-d ha estado en órbita, se han llevado a cabo pruebas exitosas que incluyen el seguimiento de un objeto desde una gran distancia y un encuentro con un objeto no controlado, lo que demuestra que la tecnología funciona.
El éxito de cada una de estas pruebas ha puesto a Astroscale un paso más cerca de la aplicación comercial de su tecnología, donde, una vez capturados, los desechos y el satélite de servicio regresarán juntos a la atmósfera de la Tierra, quemándose en su reentrada.
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