Ninguno de nosotros puede prever en que momento logremos consolidar una colonia en la órbita espacial, sin embargo los preparativos y nuestros esfuerzos en su totalidad están encaminados a lograrlo.
Reconocemos que no es algo ajeno a lo que la humanidad desea, pero el salto de imaginar a consolidar en algo real y tangible llevará algunas décadas. No debe crecer el desaliento y tampoco la duda, el camino es un sinuoso y atrevido sueño hacia lo que es posible y lo que es necesario estructurar.
Llegará el día que la humanidad comprenda que no podemos desperdiciar tiempo en dividirnos, en hacer crecer el enfrentamiento entre fronteras y creencias y que como humanidad el mundo es de todos y por él la necesidad de alternativas no debe obedecer a posiciones de poder y limitaciones de esfuerzos por causa de políticas extremas.
Lo más delicado del asunto es que el ser humano en muchas ocasiones no escarmienta en experiencia ajena y tampoco en su visión holística del mundo, es necesario que algo tremendo pase para que comprenda, esperemos que esto no sea necesario, pero conociendo a la humanidad, es necesario considerarlo.
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